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Prova: BMW 130i – La alternativa perfecta

Quien pedía un BMW M3 antes de 1996 se encontraba con un deportivo que, si bien no contaba con una potencia exagerada, constituía un buen motivo para exhibirse. ¿Y por qué no? Los ingenieros consiguieron obtener 286cv de los seis cilindros en línea con 3,0 litros.

El mundo del automóvil aplaudió y la competencia se quedó boquiabierta. El sprint a los 100 se consiguió en 6,0 segundos, llegando en poco más al límite de los 250. Hoy tengo ante mí a un discreto BMW de la serie 1. Sin spoiler, sin ampliaciones de guardabarros, nada lo distingue de un 116i o un 118d. Bueno, casi nada: los radios de la rueda se han cromado y en la parte trasera sacan la nariz dos espléndidos tubos de escape por debajo del faldón trasero. Por otra parte, resulta prácticamente inútil buscar el diseño exterior de la serie "M".

Sin embargo, uno puede medirse a la salida de un semáforo con un viejo M3: el 130i sólo necesita un pestañeo más para ponerse en los 100 km/h y también alcanza los 250 km/h. Bien entendido, el 130i se basta para ello con 265 C.V.

Corazón de deportista

Puestos a hablar de corazón, pongamos nuestra atención en motor del 130i. Este famoso mecanismo de propulsión, que ya se utiliza en todas las series de modelos de BMW, convierte al número uno en lo que es: por una parte y si se me permite la expresión, una pasada de deportivo. Y por otra parte, un automóvil para conductores que pasan mucho tiempo en la carretera y necesitan realizar largos recorridos en poco tiempo.

La máxima puntuación la merecen sin duda los seis cilindros en línea con 3,0 litros, por detalles como la aceleración, la potencia, la suavidad de marcha, el despliegue de fuerza y la admisión de gas. Y para colmo, hasta suena seductor: a bajas revoluciones susurra, a velocidad normal da el do de pecho y cuando supera las 5.000 revoluciones, los tubos de escape se convierten en una suntuosa orquesta de trompetas.

Paso firme

La sexta marcha en la autopista garantiza una aceleración siempre impecable. Cuando se abandona la autopista, cambiar de una marcha a otra no resulta nada tedioso, el cambio de seis marchas es preciso y está perfectamente equilibrado. De todas formas, no funciona precisamente con suavidad y el embrague requiere un esfuerzo adicional debido a la distancia sorprendentemente larga del pedal. Sobre todo cuando se circula por la ciudad, no sólo en necesario contar con los nervios propios de la situación, sino también con una fuerza adicional poco corriente.

Como compensación, la dirección activa opcional (1.300 euros) permite aparcar maniobrando con una mano, ya que el sistema reduce a un mínimo el ángulo de giro del volante a bajas velocidades. A altas velocidades reacciona de forma directa y deportiva como la dirección asistida convencional de BMW. La dirección activa, sin embargo, a velocidades muy altas se nota menos intensa y precisa que la réplica de serie.

Caza de liebres

El chasis rebosa agilidad. BMW garantiza la diversión en la conducción mezclando con maestría sus ingredientes clásicos: el motor delante, la tracción trasera y el reparto homogéneo de la carga sobre el eje. El 130i acapara especialmente la atención con el extra deportivo (280 euros) y hasta las liebres se mueren de envidia cuando lo ven morder el polvo por la carretera.

Pero cuidado: quién quiera conducirlo al límite deberá tener una mano ágil al volante, al menos si el DSC está desconectado. Se inclina ligeramente para tomar curvas pronunciadas y entonces, reacciona al cambio de carga aligerando la parte trasera y abriéndose paso hacia delante.

La estructura inferior circula por autopista en un halo de silencio y comodidad. En ciudad, sin embargo, sobre todo cuando pasa por tapas de sumidero o suelos adoquinados, la firme amortiguación del 1 saca a relucir su testarudez. Con el tiempo, también termina por irritar la mala visión hacia atrás. Un pilar C sumamente grueso y una delgada ventanilla trasera hacen prácticamente indispensable el sistema de ayuda para aparcar (a partir de 400 euros).

Espacio suficiente

El habitáculo interior proporciona un alto grado de bienestar. Especialmente las tiras decorativas de titanio le dan al BMW un elegante toque de distinción. El manejable volante deportivo con un amplio margen de ajuste viene de serie, aunque los extraordinarios asientos deportivos con ajuste lateral y faldón extraíble para los muslos están sujetos a un recargo de 550 euros.

A pesar de que los asientos traseros no ofrecen un espacio demasiado generoso, resultan cómodos gracias a su respaldo inclinado. Siempre y cuando, por supuesto, el piloto o el copiloto dejen espacio suficiente para las piernas.

El maletero ofrece una capacidad de 330 litros. A la hora de llenar el maletero, nos molesta su estrecho portón y su suelo irregular, que impide ordenar bien la carga en su interior. Lo que se paga aquí, en definitiva, es la tracción trasera. También se debe rendir tributo a la alta potencia. Si bien los seis cilindros tienen más que suficiente con una media inferior a los diez litros, aquel que los haga rugir de verdad deberá atenerse a los 15 litros o más.

En resumen

En cuanto a las prestaciones, el BMW 130i encierra en sí una "M". Por suerte, se puede prescindir de la estética, un tanto escandalosa. En lo que respecta al uso diario, este modelo estrella puede resultar tan práctico o poco práctico como cualquier otro modelo de la serie 1. Sólo que es mucho más rápido y equilibrado. Otro déficit destacable es el reducido tamaño del depósito (53 litros) debido al espacio que ocupa el motor. La alta velocidad que ofrece en autopista se paga con una triste autonomía de poco más de 300 kilómetros.

El elevado precio de 32.750 euros, sin embargo, no se aleja del de su principal competidor, el VW Golf R32. Si se añaden además los recomendables extras como el paquete dinámico (asientos deportivos y un rígido ajuste del chasis), el paquete confort (como el aire acondicionado, el sistema de ayuda para aparcar y el volante multifuncional) y algo de lujo como el paquete innovador (como las luces xenón de curvas y el mando para abrir el vehículo sin llave), un sistema de navegación y el equipamiento de cuero, el BMW 130i se pone fácilmente en los 38.000 euros. Como para quedarse perplejo, exactamente como se han quedado todos aquellos que se pensaban hace diez años en adquirir un M3.

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